“Las matemáticas están presentes en la danza, en la pintura, en la naturaleza, en nuestro cuerpo y en mil cosas más”.
Las matemáticas no son del agrado general de muchos estudiantes, una de las razones principales es porque no logramos aterrizar los conceptos aprendidos en nuestra vida cotidiana o creemos que no todo lo que aprendemos puede ser aplicado en una situación real. ¿A quién no le gusta la música? ¿Sabías que las matemáticas y la música se relacionan perfectamente? El tango, por ejemplo, es una disciplina que practico desde hace 10 años y se caracteriza por su alta exigencia, de hecho, quienes practican el tango se sienten atraídos por su alto nivel de complejidad en comparación con otras danzas.
En un baile de tango, además de apreciar el contacto físico de los bailarines, los movimientos corporales y un consumo de energía evidente, el trasfondo va más allá: se necesita una gran capacidad de concentración y memorización para realizar constantes ejercicios matemáticos. Así es, las matemáticas están latentes durante el tango.
“Algunas poses características del tango siguen relaciones de simetría formando rectas paralelas entre las piernas de los bailarines, incluso mediante algunos pasos de tango se forman polígonos”.
En las matemáticas como en el tango, podemos reconocer diversas formas estructuradas, lo que nos permite hacer una lectura matemática del baile identificando los elementos que aparecen. Acompáñame a analizar una pieza de tango mientras identificamos las aplicaciones matemáticas en ella.
¿Cómo se relaciona el tango y las matemáticas?
Imaginemos que estamos en una milonga (lugar donde se baila tango de manera social). Comienza un tango y estamos parados en la pista a punto de tomarnos en un abrazo, listos para comenzar a bailar. Suena la música e identificamos un ritmo (patrón numérico), vamos caminando al compás del 2 x 4 que es el ritmo de tango formando un círculo en contra de las manecillas del reloj (esta es una característica de la milonga). Estamos conectados y el hombre (o el guía) propone mediante su cuerpo una serie de movimientos que la mujer (o la otra persona) seguirá, como una función matemática que ante un valor de entrada entrega un valor de salida.
Durante nuestro baile, la geometría ofrece un camino a la perfección en las proporciones y formas dibujadas sobre el escenario.
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María