El Bandoneón y el Tango

 Es casi imposible concebir el tango sin el sonido del bandoneón pues desde que este instrumento de origen alemán llegó a tierras argentinas, por ahí de la década de 1870, al no tener una historia ni legado detrás el instrumento fue fácilmente adecuado para la interpretación de uno de los tipos de música emblemáticos del Río de la Plata. Sus orígenes son inciertos aunque se tienen algunas pistas sobre quien lo habría inventado en Alemania donde sin duda tiene su propia tradición, pero para la música latinoamericana el bandoneón es indiscutiblemente un instrumento tanguero.


Como con muchas cosas provenientes desde Europa hacia Latinoamérica la historia del bandoneón es poco clara sobre sus orígenes pues existen al menos dos teorías sobre su invención en distintos puntos de Alemania: una dice que el instrumento fue inventado por Carl Friedrich Uhlig un laudero del pueblo de Chemnitz en el estado de Sajonia cerca de la frontera con la Republica Checa quien en 1834 construyó una variación del acordeón construido por el inventor de origen armenio Cyrill Demian siendo la mayor innovación de Uhlig la división de las notas en ambos lados del instrumento mientras que el modelo de Demian sólo las tenía en uno solo. A diferencia de las concertinas hexagonales del inglés Charles Wheatstone la concertina de Uhlig era cuadrada y muy rápidamente se convirtió en el sustituto de los enormes y pesados órganos que se utilizaban en las misas evangelizadoras.

Otra teoría le atribuye la invención del bandoneón a Heinrich Band quien en realidad fue el primer fabricante de bandoneones, incluso se dice que el nombre del instrumento proviene de su apellido. Su pequeña fábrica se ubicaba en la ciudad de Krefeld al oeste de Alemania.y aunque en realidad no existen pruebas fehacientes de que alguno de estos fabricantes haya inventado el bandoneón como se le conoce actualmente fueron los hermanos Arnold, Alfred y Ernst Louis, quienes fundaron en 1864 las primeras fábricas de bandoneones y concertinas en serie. Los hermanos Arnold fueron los más reconocidos fabricantes de este instrumento por años hasta 1970 dado que la calidad de sus instrumentos bajó considerablemente pues durante la Segunda Guerra Mundial los documentos que contenían los diseños originales de todos sus instrumentos fueron destruidos.

Argentina

La llegada del bandoneón a la Argentina se dice ocurrió en la década de 1870 aunque una vez más las especulaciones sobre su procedencia son varias. Se dice que fue un marinero inglés de nombre Thomas Moor quien lo llevó por primera vez al Río de la Plata, o un brasileño de nombre Bartolo, o un suizo de apellido Schumacher quien lo llevó a tierras uruguayas o que un militar llamado José Santa Cruz era amigo del inglés Moor y fue el primer bandoneonista argentino además de que su hijo Domingo Santa Cruz fue el primero en tocar tango con este instrumento al establecerse él mismo como cuarto elemento en un terceto de tango los cuales tradicionalmente utilizaban guitarra, violín y flauta.

Para el siglo XX el bandoneón ya era el instrumento musical emblemático del tango y a principios de siglo hubo bandoneonistas muy aclamados como Roberto Di Filippo, Pedro Laurenz, Osvaldo Ruggiero, Eduardo Arolas, Juan Maglio Pacho (quien fuera el primer solista de bandoneón registrado en disco en la canción “El Sonámbulo” de la orquesta de Geronimo Fattori en 1924 para Columbia Records) y el que es considerado el mayor bandoneonista de la historia: Aníbal Troilo sin dejar de mencionar al otro gran instrumentista y quien es sin lugar a duda el compositor de tangos más famoso a nivel mundial: Astor Piazzolla.




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