Tango - Tesis: Riesgo de caída en adultos mayores que practican Tango

Tango :

El nacimiento del Tango suele situarse entre los años 1885 y 1910, en Argentina. Nace como una producción artístico-musical con rasgos propios e inconfundibles. Este estilo musical se desarrolla en los barrios bajos del puerto de Buenos Aires. En esta ciudad se produce una mezcla de razas con una gran integración cultural, otorgándole un sello individual y característico que se expresa en este baile (Mesa, 2005). El Tango es un ritmo popular en la República Argentina y su fama se ha extendido a diferentes países del mundo. Individuos de ambos sexos y edades disímiles practican su danza. Sin embargo, es en las personas de mayor edad en donde la adherencia resulta más amplia,

además, sus movimientos suaves y lentos pueden disminuir el riesgo de lesiones traumáticas. En el Tango, la pareja se encuentra enfrentada, con las manos de un lado tomadas, la otra mano del hombre en la cintura de la mujer y la mano de ella sobre el hombro del compañero. Se realizan así pasos, caminatas y figuras (Peidro y cols, 2002). Fuentes médicas aseguran que bailar Tango es como hacer rehabilitación ya que los pacientes mejoran su condición física, como en un entrenamiento. Además genera mejor estabilidad, movimiento articular y desarrollo muscular, que es muy importante para los longevos (Schena y col, 2009). 17 Ésta danza es considerada un método de terapia complementaria, que incorpora el arte a la rehabilitación, beneficiándose de la música y las situaciones dinámicas de los pasos de Tango para trabajar la automatización de la correcta postura. Algunos de los efectos terapéuticos encontrados en pacientes del Hospital San Juan de Dios en Argentina, que practican Tango, son: Posturales • Descubrimiento y corrección de los propios ejes. • Estabilización de la columna. • Desarrollo del equilibrio estático y dinámico. • Estimulación de reacciones de equilibrio. • Grabado de un patrón postural que mejora la simetría corporal. • Proyección del movimiento en el espacio. • Aumento de la coordinación, flexibilidad y fluidez del movimiento. Generales • Movilización articular que previene y mejora procesos artrósicos. • Tonificación muscular que protege las articulaciones, favoreciendo tanto la musculatura superficial como la profunda (estabilizadora de la columna). • Regulación del tono muscular. • Desarrollo de la capacidad respiratoria- aeróbica, aumentando de este modo la resistencia. • Mejoramiento de procesos osteopénicos: los ejercicios de descarga de peso disminuyen la resorción de calcio. • Estimulación de la atención y los reflejos. • Coordinación oculoauditiva. Psíquicos • Los ejercicios a través del baile y la música interfieren positivamente sobre el estado anímico y la autoestima del paciente. 18 En el hospital antes mencionado, el tratamiento está indicado por un Medico fisiatra, está coordinado por un kinesiólogo y un profesor de Tango. Además, este tratamiento es avalado por el Servicio de Rehabilitación (Casa Hospital San Juan de Dios, 2010). La asociación de cualquier tipo de baile con el movimiento del cuerpo es beneficiosa, especialmente para la psicomotricidad. Por esa razón, es bueno para las personas mayores, porque los ayuda a tener un mejor dominio de su cuerpo. Según la investigación el Tango promueve la motricidad que es tan necesaria para evitar, por ejemplo, los tropiezos o caídas en personas mayores de 60 años. Peidro (2002) prescribe que bailar Tango 3 veces por semana entre 45 y 60 minutos en cada oportunidad, beneficiará el sistema circulatorio, reducirá la presión arterial y se aumentará la circulación entre los músculos con lo que disminuirá la formación de coágulos dentro de las arterias y esto ayudará a la prevención del infarto y la trombosis cerebral (Sociedad Cubana de Bioingeniería, 2005). Según un estudio realizado por la Universidad de Washington (Estados Unidos), bailar Tango con frecuencia mejora el equilibrio más que otro tipo de actividad física. La escuela de medicina de la Universidad de Washington realizó un experimento con 19 pacientes de Parkinson que se dividieron en dos grupos: uno realizó ejercicios de movimiento con sillas y el otro empleó ese tiempo en bailar Tango, y se descubrió que, si bien ambos mejoraron, los segundos aumentaron más su equilibrio (Hackney y cols, 2007). Morris y cols. postulan que, especialmente en estados tempranos del Parkinson, cualquier forma de actividad puede ser útil para mantener los avances obtenidos mediante ejercicios específicos, con metas claras y supervisados. Por ejemplo, bailar regularmente es una estrategia atractiva para algunas personas. Hackney et al mostraron mejorías en el equilibrio con Tango y baile de salón americano (Morris y cols, 2010). Un trabajo de investigación realizado por la Sociedad Internacional de Cardiología reveló que bailar Tango ayuda a disminuir la presión arterial y a prevenir la aparición de enfermedades cardíacas. Este estudio ha evaluado la capacidad aeróbica de bailar el Tango 19 en pareja en personas mayores de 50 años y además, ha determinado que bailar Tango o Milonga, constituye un ejercicio de intensidad leve o moderada que permite desarrollar la capacidad aeróbica, mejorar los parámetros de flexibilidad y movilidad, fortalecer la postura y la coordinación, además de ser un incentivo para aumentar la adherencia a los programas de actividad física y otras medidas de prevención (Peidro y cols, 2002). En un estudio realizado por la Universidad McGill (Canadá), con un grupo de 30 adultos mayores, en donde la mitad bailó Tango, y la otra mitad realizaba caminatas, por dos horas, dos veces a la semana por diez semanas, se observó que en el grupo que bailó Tango hubo una mayor mejoría en el equilibrio, en la coordinación postural y motora, así como también, una mejora cognitiva, que en el grupo que caminaba. Ellos también se desempeñaron significativamente mejor que el grupo que caminaba al realizar una tarea cognitiva compleja mientras caminaban, se paraban en un pie o giraban en espacios reducidos (Mckinley, 2005). Pero el Tango no sólo cura el cuerpo, sino que también es bueno para la mente. El psiquiatra Federico Trossero, autor del libro "Tangoterapia”, complementa con talleres de Tango los tratamientos de enfermedades que van desde la depresión hasta las fobias sociales e incluso la esquizofrenia. Bailar Tango también puede favorecer a enfermos de Alzheimer, precisamente por ser una actividad de coordinación y porque obliga al paciente a ejercitar su memoria para recordar los pasos (Trossero, 2008). En los últimos años se ha llevado a cabo el Congreso Internacional de Tangoterapia, realizándose, por tercera vez, en Buenos Aires el mes de Julio de 2010, en donde se discutieron temas como: “Dificultades en la marcha y Tango”, “Enfermedad de Parkinson: pautas de integración y exclusión personal y comunitaria en el ámbito de la Tangoterapia”, “Tangoterapia”; “Aplicación en diversas Patologías”, “Experiencia en Rehabilitaciones en discapacidad”, “El uso del Tango Argentino en la Rehabilitación”, “Tango y Salud”, “Beneficios Cardiovasculares, Osteo-Músculo-Articulares”, “Actividad Física y la Mujer”, 20 “Tangoterapia en la Tercera Edad”, “El tema del Tango y su Relación con la Medicina” (Schena, 2010)






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